28 de julio de 2016

Leyendo a los Testigos - Parte 6: Literalmente, Un Nuevo Mundo

(Este post es el sexto de la serie Leyendo a los Testigos. Puedes encontrar la serie completa aquí)

Actualmente, nos encontramos estudiando las enseñanzas de los Testigos de Jehová desde su fuente, con el fin de poder comprender mejor lo que ellos piensan y creen acerca de Dios. Para eso, estamos analizando capítulo a capítulo su publicación ¿Que Enseña Realmente la Biblia? para tener una referencia de su teología.

En el post anterior revisamos el capítulo 3, que trata sobre el propósito de Dios para la Tierra, e hicimos un reconocimiento de lo más destacable de la enseñanza. En esta ocasión, miraremos de una forma más crítica aquellos puntos que no parecen ajustarse al testimonio bíblico.

(Recuerden que pueden seguir la lectura en línea o descargar el libro en esta dirección).


Lo incompleto


El capítulo 3 comienza con la siguiente afirmación:

"Dios tiene un maravilloso propósito para la Tierra: llenarla de personas que sean felices y disfruten de buena salud" [1]

A simple vista, cualquier cristiano estaría de acuerdo con esta afirmación. De hecho, en el post anterior de la serie, mencioné que Dios le dio una muestra al ser humano de Su maravilloso propósito al crear el precioso jardín en Edén. Sin embargo, esta afirmación está incompleta porque (dependiendo de la definición de felicidad que estemos considerando) sería posible sacar a Dios de este mundo alegre y saludable sin problemas. Desde un punto de vista terrenal, sólo se necesita un lugar donde las personas puedan alcanzar todas sus metas y no enfermarse nunca. Esta es la descripción de un mundo ideal cuyo centro somos nosotros, los seres humanos.

Sí, Dios quiere un mundo lleno de personas felices y saludables, pero estas bendiciones son inseparables de Cristo, como los mismos autores admiten al final del capítulo. La característica distintiva de las personas con que Dios quiere llenar la Tierra es, principalmente, que ellas lo conocen a Él y como consecuencia, tienen vida eterna. Y es esta vida eterna en comunión con Dios la que produce felicidad y salud. En su deseo de llamar la atención de las personas, los Testigos constantemente ponen el foco en las bendiciones que obtendremos, pero cualquier descripción del futuro que deje de lado la bendición más fundamental -nuestra relación con Dios- está incompleta. Como el autor C.S Lewis escribió alguna vez, "Dios no nos puede dar una felicidad y una paz que estén fuera de Él mismo, porque no las hay. Tal cosa no es posible".


Lo cuestionable


Más adelante, al explicar cómo se produjo el pecado de la primera pareja y sus consecuencias, los autores comentan:

"Jehová tiene un sentido perfecto de la justicia. Por ello, no podía destruir de inmediato a los rebeldes [Adán y Eva]" [2]

Es posible que los Testigos y yo tengamos un concepto distinto de "justicia", pero en este caso creo que ambos nos referimos a lo que la RAE señala: la justicia es el "principio moral que lleva a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece" [3]. En este sentido, me atrevo a decir que Dios habría estado en todo Su derecho de quitarles "de inmediato" a Adán y Eva la vida que Él les había dado. ¿Por qué? Precisamente, porque Dios "tiene un sentido perfecto de la justicia".

Puede sonar algo duro, pero permítanme recordarles algo que ya hemos reflexionado anteriormente: la justicia perfecta de Dios requiere que alguien que es culpable reciba un castigo o consecuencia de acuerdo al mal que ha hecho. Si Él retrasara esta consecuencia indefinidamente, o simplemente la eliminara por buena voluntad, eso significaría que Él es un Juez que no hace justicia. Por eso, si hay una característica de Dios que requiere que las consecuencias sean aplicadas sin demora, ¡esa es precisamente Su justicia perfecta! Y de hecho, la vida espiritual de Adán y Eva se apagó (y su vida física comenzó el mismo proceso) el mismo día en que ellos pecaron, tal como Dios había advertido que sucedería (Génesis 2:16-17; ver también Santiago 1:13-15).

Otra sección de este capítulo que llama la atención es un pequeño detalle que se encuentra en la p. 33. Aquí leemos:


"Jehová eligió a Jesucristo como Rey de su gobierno celestial, el Reino de Dios" [4]

El problema está en el uso de la palabra "eligió". Al utilizar este término, los autores parecen decirnos que Dios podría haber escogido a cualquier otro ser celestial o terrenal para ser Rey de Su reino, en la misma forma que Jesús fue seleccionado: según Su decisión soberana. Pero la Biblia no nos muestra a Jesús como un candidato entre varios que fue elegido para reinar; más bien, ella presenta a Jesús como Rey y Señor por naturaleza. Él es Supremo, y quien tiene el primer lugar en todo orden de cosas. El Nuevo Testamento no se ahorra palabras al destacar este hecho:


"Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación porque, por medio de Él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por medio de Él y para Él. Él ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación. Cristo también es la cabeza de la iglesia, la cual es Su cuerpo. Él es el principio, supremo sobre todos los que se levantan de los muertos. Así que Él es el primero en todo" (Colosenses 1:15-18, NTV)

Hay un sentido especial en el cual Jesús "recibe" el reinado de todo, pero esto se debe a que antes Él se había humillado hasta lo máximo en Su vida terrenal. Por esa razón, al resucitar, Él recibió de parte de Su Padre la gloria que había dejado, y la gloria que merecía por completar la obra de salvación (Filipenses 2:5-11). Pero más allá de este hecho, y como lo indica este pasaje, Jesús siempre ha sido, es, y será Señor de todo.

En la p.34, volvemos a encontrarnos con el pensamiento de los Testigos de que la Tierra será transformada lentamente, paso a paso, en una nueva Tierra:


"Toda la Tierra se transformará en un paraíso [...] Con el transcurso del tiempo, se irán transformando más y más zonas de la Tierra, y el planeta entero será tan bello y productivo como el jardín de Edén." [5]

No obstante, como ya hemos visto antes, el paso de esta Tierra a la nueva Tierra no es un proceso gradual, sino un cambio radical. El apóstol Pedro también es muy claro al expresar que la creación actual dejará de existir, para darle paso a una nueva creación:


"Pero el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, y los elementos arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra y todo lo que en ella se ha hecho será quemado. Puesto que todo será deshecho, ustedes deben vivir una vida santa y dedicada a Dios, y esperar con ansias la venida del día de Dios. Ese día los cielos serán deshechos por el fuego, y los elementos se fundirán por el calor de las llamas. Pero, según sus promesas, nosotros esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, donde reinará la justicia." (2 Pedro 3:10-13, RVC)

Finalizando este capítulo del libro, en la p. 36, hay una declaración más que entra en la categoría de "cuestionable". Los autores nos dicen:


"Jesús se refirió al venidero Paraíso terrestre cuando hizo esta promesa al malhechor que murió a su lado: 'Estarás conmigo en el Paraíso' (Lucas 23:43)" [6]

No obstante, si estamos atentos, notaremos que ellos no nos entregan ninguna justificación de por qué interpretan este pasaje como una referencia a la nueva Tierra. Es perfectamente posible que Jesús se estuviera refiriendo a ese estado de bendición y descanso junto a Él, el cual Pablo considera "mucho mejor" que estar vivo, pero que aún no corresponde a la vida en la nueva Tierra:


"Para mí, vivir significa vivir para Cristo y morir es aún mejor. Pero si vivo, puedo realizar más labor fructífera para Cristo. Así que realmente no sé qué es mejor. Estoy dividido entre dos deseos: quisiera partir y estar con Cristo, lo cual sería mucho mejor para mí; pero por el bien de ustedes, es mejor que siga viviendo." (Filipenses 1:21-24, NTV)

Es posible que más adelante en el libro los Testigos nos expliquen con mayor detalle sus creencias en relación con la vida después de la muerte. Pero al menos con respecto a este punto, su interpretación es apresurada y necesita un mejor fundamento.


Lo errado


De todo el capítulo, hay dos pasajes cuyas enseñanzas van más allá de lo cuestionable, y son claramente equivocadas. El primero de ellos es un alcance que hacen los autores, cuando al hablar de Satanás como gobernador de este mundo, escriben:

"Claro está, Jehová es el Dios todopoderoso, el Creador del imponente universo (Revelación 4:11). Sin embargo, en ningún lugar la Biblia lo llama gobernante de este mundo, y lo mismo puede decirse de Jesucristo" [7]

Los Testigos están en lo correcto al decir que el título "gobernante del mundo" nunca se le aplica a Dios literalmente. Pero el hecho de que exista un gobierno de Satanás sobre el mundo no significa que Dios no tenga la misma autoridad; de hecho, Dios gobierna sobre el gobierno de Satanás. Como lo mencioné en los primeros posts de esta serie, Dios siempre tiene el control de todo: Él no sólo es Rey sobre el Cielo, sino también sobre la Tierra, y la Biblia da testimonio de ello (los énfasis a continuación son míos):


"Porque Jehová el Altísimo es temible; Rey grande sobre toda la tierra [...] Reinó Dios sobre las naciones; se sentó Dios sobre su santo trono" (Salmos 47:2, 8)

"Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos" (Salmos 103:19)

"¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay semejante a ti" (Jeremías 10:7)

"Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti [...] hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien Él quiere" (Daniel 4:31-32)

Y como vimos algunos párrafos atrás, su afirmación acerca de Jesús tampoco es correcta, pues Él es Señor de todo. Contrario a lo que los autores dicen, la Biblia enseña que Él es...


"Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra" (Apocalipsis 1:5)

El otro pasaje que entra en esta categoría se encuentra en la lista de bendiciones venideras en la nueva Tierra, donde los autores hacen una afirmación muy inusual:


"Como Rey del Reino celestial de Dios, Jesús efectuará curaciones a una escala mucho más grandiosa que cuando estuvo en la Tierra" [8]

Nuevamente, los Testigos no nos dan ninguna justificación con respecto a esta enseñanza, y se conforman con hacer referencia a distintas ocasiones en que Jesús realizó milagros de sanidad durante Su ministerio terrenal. El punto está en que esta afirmación va en sentido contrario a lo que la Biblia afirma; particularmente, lo que ella nos dice sobre la naturaleza de nuestros nuevos cuerpos en el futuro.

Las Escrituras nos indican que luego de que Jesús regrese al final de la historia humana, Dios resucitará a cada creyente con un cuerpo físico, pero uno distinto al que ahora tenemos. Será un cuerpo imposible de desgastar (1 Corintios 15:42), glorioso (1 Corintios 15:43), inmortal (1 Corintios 15:53), y completamente potenciado por el Espíritu Santo (1 Corintios 15:44, donde espiritual tiene el sentido de "controlado por el Espíritu", ver también Romanos 8:11). De hecho, será un cuerpo semejante al de Jesús resucitado (1 Corintios 15:47,49; Filipenses 3:20-21). La pregunta interesante es, entonces ¿puede esta clase de cuerpo enfermarse? La respuesta es clara: no tenemos razones para pensar que en la nueva Tierra habrá enfermedades. Apocalipsis simplemente nos confirma este hecho cuando nos dice que allí no habrá más dolor, o sufrimiento, o muerte, "porque las primeras cosas pasaron" (Apocalipsis 21:4).


Al terminar de analizar este capítulo, creo que una de las principales fuentes de los problemas en las enseñanzas de los Testigos es que -al interpretar la Biblia- ellos insisten demasiado en quedarse con el lado "terrenal" de las cosas espirituales, sin tomar en cuenta que la misma Escritura utiliza un lenguaje muy alto para describirlas. Por eso pierden de vista realidades tan gloriosas como la majestad de Jesús, las maravillas de la nueva Tierra o el poder de la resurrección entre los muertos. Teniendo en cuenta esto, un buen consejo para los Testigos sería invitarlos a ampliar el concepto que tienen de Dios y de Sus planes, para así hacerle justicia a la grandeza que la Biblia comunica cuando nos habla de ellos.

El próximo post de la serie nos introducirá al capítulo 4 del libro, probablemente la parada más importante de nuestro estudio. Este lleva por título "¿Quién es Jesucristo?".




Referencias

[1] Testigos de Jehová, ¿Qué Enseña Realmente la Biblia?, p. 27

[2] Ibíd., p. 31

[3] "Justicia" - Real Academia Española

[4] Testigos de Jehová, ¿Qué Enseña Realmente la Biblia?, p. 33

[5] Ibíd., p. 34

[6] Ibíd., p. 36

[7] Ibíd., p. 32

[8] Ibíd., p. 34




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